6 situaciones por las que comemos de más

Una encuesta reveló algunos factores en común de las personas que padecen sobrepeso.

Salud 17 de agosto de 2018
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En nuestro país seis de cada diez argentinos tienen kilos de más, y hasta el momento no hay señales que indiquen que esto vaya a cambiar. Hay algunos motivos que llevan a ingerir más alimentos que se repiten y eso es lo que trataremos de dilucidar en esta nota.

El acto de comer en particular tiende a ser un comportamiento más automático que otros, ya que es una necesidad básica para sobrevivir. Una vez aprendido resulta difícil de desarmar, debido a que es un circuito memorizado en el tallo cerebral, que encuentra su asiento neurológico en los ganglios basales, unas estructuras muy antiguas de nuestro cerebro. De este modo funcionan los hábitos, que son aquellas conductas reiteradas y conocidas que se vuelven frecuentes. Una de las pistas para a empezar a considerar es sintonizar más con el cuerpo; muchas personas les resulta extraño reconocer las sensaciones corporales de hambre y saciedad apenas están apareciendo. Es que la mayoría «viven» en su cabeza, atenta a sus preocupaciones, pensamientos, estados de ansiedad, como si el cuerpo solo fuese un vehículo que sostiene al cerebro. Viviendo de esta forma nos desregulamos. Si pretendemos y tenemos la intención de comer con mas atención deberemos considerar mas las señales de nuestro cuerpo para detectar cuando necesitamos alimentarnos y cuando ya ha sido suficiente.

Por estrés 
Los desórdenes de ansiedad ligados a la comida son cada vez más frecuentes, y el estrés se ha naturalizado como algo normal para muchos de nosotros. Se sabe que ante situaciones estresantes las personas pueden comportarse de manera diferente; algunas refieren que «se les cierra el estómago», con pérdida del apetito, mientras que en muchas otras aumentan las ganas de comer, en especial alimentos con alto contenido de azúcares y grasas. 

Por un trauma emocional
Uno de los recursos más utilizados para distraer estados emocionales intensos es la comida, lo que puede derivar en un trastorno de la conducta alimentaria si no es advertido a tiempo. Los eventos traumáticos son aquellos sucesos que tienen el potencial de provocar sufrimientos humano significativo (abuso, violencia doméstica, muerte de un ser querido, etc), que sobrepasan los mecanismos naturales de resolución. Un trauma, sin importar su origen, puede lastimar de un modo profundo la salud mental y física de la persona. Al estar la comida tan disponible y a la vez no tan mal considerada como otros habituales reguladores del estado de ánimo (alcohol, cigarrillos), la utilizamos muchas veces a pesar de las sabidas consecuencias. Uno de los desordenes alimentarios más frecuentes es el “trastorno por atracón”.

Por placer y acceso a tanta comida tentadora
La industria alimentaria trabaja a todo trapo para despertar nuestros instintos más profundos con todas sus elaboraciones a través de publicidades invasivas, ejerciendo mensajes que no pasan inadvertidos, del estilo «destapá felicidad» o «llená tu vacío existencial», con la foto de una impresionante hamburguesa completa. Hoy en día son esas sensaciones placenteras que tantas comidas y nuevos diseños de alimentos grelina generan las que hacen que eso que más nos gusta pueda transformarse en un problema.

Por comer con otras personas que nos llevan a comer de más
Muchos de nosotros demostramos cariño cocinando: a más cantidad, mayor es la supuesta demostración de amor que hacemos. Sin duda, la comida tiene una representación afectiva evidente, que desde pequeños hemos asociado a la distracción y disfrute. Muchos de nosotros tenemos la tradición familiar de comer “de lo lindo” cuando estamos reunidos en familia, y festejando con amigos. 

Porque hacer dieta no sirve
Muchas personas renuevan sus sueños con “la dieta del momento” con real entusiasmo y disciplina, y a los pocos días se dan cuenta que la comida es más fuerte y no pueden parar de comer.

En las últimas décadas estudios especializados han demostrado que los tratamientos para adelgazar centrados exclusivamente en la pérdida de peso no son eficaces para la mayoría de las personasdebido a altas tasas de recuperación de peso perdido, con oscilaciones entre descensos y aumentos constantes que se vinculan a su vez con efectos adversos en la salud y el bienestar. La propuesta de «hacer dieta» ha fracasado porque comer es un comportamiento humano de lo más complejo en el que se deben considerar integralmente todos sus aspectos: desde los sociales y culturales hasta los psicológicos y emocionales. 

Incorporar hábitos saludables y mantenerlos en el tiempo en lugar de fracasar periódicamente al hacer dieta.
La actual epidemia de obesidad no esta dando señales de detenerse. Sé que cambiar es un proceso nada fácil, que nos llevará tiempo y esfuerzo. Algo útil que he aprendido es que para poder modificar aquellas conductas que nos perjudican, nuestras expectativas de lo que haremos deberían ser pequeñas y posibles, para que de esta manera la suma de cambios que nos propongamos hacer sean realizables (por ejemplo, “cuando esté ansioso haré respiraciones profundas en lugar de ir a la heladera”; “de colación intentaré comer fruta en lugar de galletitas”, etc). Así, poco a poco y con mucha paciencia, comenzaremos a construir nuevos hábitos para toda la vida.

FUENTE: CLARÍN

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