
“Un árbol por la vida”, iniciativa implementada hace 30 años, surge precisamente con el fin de honrar la vida con un símbolo que es vida en sí mismo, el árbol, y así acompañar el crecimiento de los niños cuidando a su vez el desarrollo de esas especies que llevan el nombre del nuevo ser. Un modo de comprometer a las familias sancarlinas en el fomento y protección de algo tan preciado para la humanidad y fundamentalmente para las generaciones futuras.